INTRODUCCIÓN
La socialización de
niñas y niños juega un importante papel en la formación de las conductas y,
dado que sus agentes son tanto el profesorado como los padres y madres. Su
objetivo principal consiste en poner de manifiesto la necesidad de respetar las
diferencias, valorarlas y trabajar con ellas, evitando los prejuicios y los estereotipos.
La diferencia sexual es la primera que se da entre los seres humanos y está
siempre presente, pero nunca debe servir para justificar la discriminación.
Esas diferencias muestran lo que cada cual es: una historia que evoluciona y un
cuerpo en continua transformación y los niños y niñas deben ser conscientes de
esta realidad desde la primera infancia, sin interpretar esta diferencia de
forma jerárquica. Debemos ayudarles a valorar por igual ambos sexos.
la educación de la sexualidad
Cualquier
persona adulta que se relacione con una niña o un niño está educando la
afectividad y la sexualidad, quiera o no quiera. Se hace educación sexual con
las palabras que se dicen y que no se dicen, con los gestos, abrazos, caricias
o muestras de afecto que se dan y que no se dan...; y todo ello son elementos
que siempre están presentes en las relaciones que establecemos con las criaturas
desde que nacen. Asimismo, las personas adultas educamos con la actitud hacia
nuestra propia sexualidad. Por ejemplo, con la forma en que vivimos nuestro
cuerpo sexuado, o la forma en la que expresamos nuestra sexualidad en público.
Pero también educamos con nuestras actitudes y con nuestras formas de sentir,
pensar y actuar ante las expresiones de la sexualidad infantil. Las criaturas
son como esponjas, atienden a todo lo que ven y oyen; perciben los sentimientos
y pensamientos más allá de las palabras. Por ejemplo, un niño sentirá el beso
de una maestra o sus palabras de aprecio, pero sobre todo las ganas o desganas
con que ese beso ha sido dado o esas palabras han sido dichas. Los niños y las
niñas, por tanto, siempre aprenden hechos, actitudes y conductas sexuales de
las personas adultas que les educan, tengan éstas o no conciencia de ello;
incluso cuando lo que predomina es el silencio o el hermetismo, ya que no
hablar de estas cuestiones es ya un modo de comunicar mensajes. No hay que
olvidar que la gran mayoría de los aprendizajes infantiles se dan por
imitación, y esto es válido también para el aprendizaje sobre cómo son y deben
ser las relaciones. Los modelos que ven, perciben e intuyen tienen, por tanto,
mucha trascendencia. Tomar conciencia de estos hechos es el primer paso para
empezar a hacer positivo este aprendizaje, y ayudar a que los mensajes insanos,
represivos o negativos no formen parte del pensamiento infantil.
link video: https://www.youtube.com/watch?v=MbXdUvHLR54
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