Son
actitudes y comportamientos que una persona adulta o significativamente mayor
que otra (generalmente de sexo masculino) tiene con una niña o un niño menor,
con el objeto de su propia satisfacción sexual y, para ello, emplea la
manipulación emocional, los chantajes o los engaños. Cualquier relación sexual
con menores en la que hay una diferencia significativa de edad siempre supone
una asimetría que impide la libertad de decisión por parte de la criatura más
pequeña, ya que la diferencia de edad implica experiencias diferentes, así como
diferente madurez biológica y de expectativas. Es importante recordar que en
Colombia, cualquier persona menor de 14 años se considera víctima o abusado
sexualmente aunque haya tenido relaciones sexuales por decisión propia,
pues los 14
años son, legamente hablando, la edad de consentimiento sexual en el país. Según el ICBF (2013), un adolescente entre los 14 y los 18
años puede ser considerado abusador y tener responsabilidad penal si se
involucra con una persona menor de 14 años abusando sexualmente o teniendo
relaciones sexuales con ella. La diferencia de edad mostrada en el cuadro
superior (el abusador debe
ser tres o más años mayor que el abusado) se refiere a:
En
el caso del abuso sexual, se habla de que el agresor tiene una mayor madurez
psicosexual
-Esta
diferencia psicosexual se entiende como un desbalance de poder, pues el abusado
está en desventaja por su capacidad para entender o tomar una decisión con
respecto al ejercicio de su propia sexualidad
-El
abusador (adulto o adolescente) tiene mayores recursos físicos, intelectuales y
psicosexuales y por eso puede controlar, someter y ejercer poder sobre el
abusado.
Link video: https://www.youtube.com/watch?v=3o3JoJJf9XQ
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